Ovidio Guzmán López, hijo del narcotraficante Joaquín «el Chapo Guzmán», fue arrestado este jueves 5 de enero en la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa, en un operativo en el que murieron 10 soldados y 19 presuntos criminales. Otras 35 personas resultaron heridas y hay 21 detenidos, según informó el gobierno mexicano este viernes.
El arresto desató episodios violentos en la zona como bloqueos de carreteras, balaceras, incendios de vehículos y hasta disparos contra un avión de Aeroméxico.
Esta detención fue posible tras «seis meses de trabajo de reconocimiento y vigilancia» en el área de influencia del grupo criminal, fue trasladado a Ciudad México y después enviado al penal de máxima seguridad del Altiplano para comparecer ante las autoridades competentes.
Ovidio Guzmán era uno de los hombres más buscados en México y se había convertido en una prioridad para el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (o AMLO, como lo llaman) desde que Guzmán evadió un operativo de captura en octubre 2019. En ese momento, a pesar de que Guzmán había sido capturado por miembros de la policía y el ejército en un impresionante despliegue, fue liberado con la intención de evitar «un baño de sangre», como lo explicó el propio AMLO.
Hasta el momento Ovidio Guzmán solo tiene un caso abierto formal y no es precisamente en México: una corte de Washington DC lo acusó de tráfico de droga y emitió una orden de captura internacional.